Seguir adelante...

No les pasa que cuando una persona de años, una persona que era como tu otra mitad, con la que hacías todo, una persona que creías que nunca encontrarías y bueno llego a tu vida. Pasaron años, buenas y malas, forjaron buenos y malos momentos, se contaron secretos, chismes y vivieron todo lo que hasta ese momento les tocaba vivir, pero entonces, todo se acaba, se acaba por chismes, por cosas tontas, por palabras mal dichas o mal interpretas y ¡BOOM! desconocidos de un día para otro.

Y parece como si el destino, el universo o el mundo se ponen en tu contra y ayudan a que recuerdes cada cosa que pasaste con esa persona, ya sea por medio de una película, fotos, una canción, vídeos o regalos viejos, ese momento en que todo se te viene a la mente como una película, que aunque quieras no puedes dejar de recordar. Llegas al punto de saber que no puedes hacer que una persona haga lo que tu quieres ni sienta lo mismo que tu, y aunque quieras sentir algo llega ese tiempo en que haber bloqueado tanto tus sentimientos, no te deja sentir nada. Entonces, cuando tratas de ver donde estas parado te das cuenta que estas en una encrucijada entre -¿Arreglar las cosas o no arreglarlas?- entre -¿Dar el primer paso o no darlo?- entre -¿Seguir sintiendo el dolor o dejar de sentirlo?- entre ¿Cuánto tiempo más tendré que ser fuerte? Miles de interrogantes flotando en tu cabeza, uniendo los recuerdos con el corazón, involucrando los sentimientos dándote cuenta que no hay respuestas.

Al pensar las cosas tu mismo entras en un laberinto que construiste pero no sabes como salir, te das cuenta que las cosas y los recuerdos te pasan de vez en mes y que tienes que seguir, te das cuenta que no se puede hacer nada porque eso es pasado y lo que importa es el futuro, que aunque hablas del tema y te duele significa que no lo has superado sabes que el tiempo lo cura todo, te das cuenta que lo mejor es lo que pasa y te queda confiar en Dios, te queda vivir tu vida de la mejor manera y sonreír.

Foto: @krisrolando