Llegué al punto...

Llegué a un punto de mi vida que nunca imagine llegar.

Llegué al punto de mi vida que solo me acuerdo de Dios cuando veo una iglesia o cuando necesito de él.

Llegué al punto de mi vida que agradezco vida solo cuando veo muerte, a solo acordarme que la comida es sagrada cuando veo que hay niños que se están muriendo de hambre.

A acordarme que le debo decir “Te amo” a mí mamá cuando veo a otro hijo llorar por su madre.

Llegué a ese punto en que me da pena agradecer por un día más de vida en voz alta.

Ese punto que me hace olvidarme que soy única. Llegué a ver las flores y peluches como un virus muy contagioso.

A pensar que el chocolate es prohibido y eso hace que lo deseemos mas.

Al punto de pensar que hacer ejercicio era perder el tiempo, para luego saber que ese tiempo perdido era más para vivir.

Llegué al punto de que mi mejor amigo fuera un extraño.

Ese punto de mi vida que me permite ver el amor como una cárcel y no como libertad.

A ese que me enseña que las personas no son tan diferentes.

Llegué a ver que aun me faltan muchos puntos que vivir y recordar.

Llegué al punto de mi vida que tal vez no quería llegar, o tal vez si, quien quita.