Divagando.

Cuesta reaccionar, cuesta procesar malas noticias, primero no se quieren creer, segundo quedas como en el aire, tercero actúas como si nada, ya por el cuarto y quinto es que vas cayendo que todo es real, que tienes que manifestar algo porque sino no es normal, porque sino sabes que vas a colapsar, porque todos los demás están reaccionando y tú no, porque todos los demás están sintiendo y tú no, porque tú no quieres que sea real. Se dice que el valiente no llora, mentira, si dejas de llorar pierdes una parte importante de ti, el valiente es quien llora y aún así tiene para después una sonrisa, el valiente es el que saca fuerzas del alma. 

Eso fue una introducción de lo difícil que se ha puesto mi Venezuela. Me quiero creer que Venezuela no es solo esto, que no es solo muerte, porque aunque hay muchas cosas bellas, para lo malo el golpe es peor, para lo malo se es menos fuerte, necesito creer que mi país no se ha convertido en que la cifra de mortalidad es la más alta, que mi país no es tener miedo siempre que sales, que ir a comprar no significa que te maten, que la vida no vale nada, que hay mentes capaz de matar y dormir en paz, necesito y quiero creer que esta no es mi Venezuela, que no es la Venezuela de sueños rotos y migración, necesito y quiero creer que después de tanto aún hay esperanza. Pero ya no se donde sacarlas, ya no se como creer en mi país, no puedo, porque de una sonrisa hay diez tristezas, porque de una nueva vida hay 10 que la perdieron solo por el intento de sobrevivir en este país, porque aquí se sobrevive, no se vive. Y resulta que ya nadie quiere eso, porque la verdad nadie sensato le gustaría pasar más tiempo llorando que riendo, a nadie sensato le gustaría no vivir. 

Yo seguiré divagando como divaga mi país por salir de la oscuridad.

"También puede ocurrir que, simplemente, nos estamos acostumbrando a morirnos."

                                                                                                                           Leonardo Padrón

A.P. 3.11.14