Vzla en el extranjero: Christian Caicedo - Ecuador.

Christian Caicedo (Vargas) es uno de los tantos Venezolanos que se fueron de su país para algo mejor. Desde Ecuador cuenta como ha sido su experiencia al emigrar.


1. ¿Qué te motivó a irte del país?

A simple vista, pareciera una respuesta fácil de responder, pero difícil de explicar. Pero, personalmente, mi motivación principal para salir de Venezuela fue la ausencia de seguridad personal. A pesar de lo muy consciente que estoy de la situación actual del país, no me acostumbraba al hecho de poder estar más de las 8:00 pm fuera de casa con la preocupación de llegar sano y salvo a casa, y con todas tus pertenecías contigo. No me parecía justo que Caracas, ciudad donde pasaba más del 50% de mi tiempo y con tantas cosas por ver, tendría que ser tan peligrosa y llena de tantos puntos ciegos capaces de hacerte daño en el momento que dejaras, por un segundo, el estado “permanente” de alerta al que estamos inmersos todos los que hacemos vida en la sucursal del cielo. No es justo ni para mí ni para mi familia ni para mis amigos ni para ningún venezolano que quiera un instante de distracción entre tanto caos.


2. ¿Cómo fue tú vida desde ese momento que dijiste ‘me voy a ir’ hasta ese día que partiste?

Recuerdo como si fuese sido ayer cuando compré el pasaje: estaba a punto de salir del trabajo y tenía todo lo necesario para comprar el ticket; y, después de haber reservado unas 8 veces el pasaje, no me decidía a comprarlo porque no estaba seguro si era lo que realmente quería hacer (además, nunca había comprado un ticket de avión por mi propia cuenta). Pero, el momento llegó. Entré a la página, llené toda la información y un mensaje de “transacción exitosa” comenzó a valorizar un proyecto. Después de ese momento, todo pasó muy rápido y lento al mismo tiempo. Los días se me iban en un santiamén y las noches tenían el doble de horas con el doble de estrellas. Las ansias me hacían los días pesados. Intentaba mantenerme positivo, pero sin dejar de pensar lo triste que sería irme -y todavía lo pienso- porque, al final, no te vas, sino indirectamente, te exilian.


3. ¿Cómo decidiste a qué país emigrar? Y ¿Por qué ese país?

Cuando la idea de emigrar viene a tu mente, muchos países son las opciones. Una vez leí que hay que tener “inteligencia migratoria” para irse de sus tierras, palabras que intenté internalizar para tomar decisiones acertadas. Así que, hice una lista de las ventajas y desventajas de emigrar a mi Top 5 de posibles lugares para comenzar una nueva vida. Para mí, las ventajas se basaban en un lugar seguro, con procesos expeditos para hacerme legal, costos y calidad de vida, posibilidades a bajo presupuesto para seguir estudiando y ayudar a mi familia quienes todavía están Venezuela, tasas de empleo decentes y con un alto índice de esperanza de vida. Y, a pesar de que Ecuador no se encontraba en esa lista de opciones para emigrar, la balanza se inclinó de su lado cuando una oportunidad laboral tocó la puerta. No hubo mucho que pensar debido a que, con un trabajo garantizado, podría legalizar mi estatus migratorio mucho más rápido; con los ingresos podría pagar los gastos diarios, ayudar en mi hogar y, quizás, estudiar. Eso fue suficiente. 


4. ¿De qué forma te fuiste? (Avión-escala, autobús)

Me fui en avión. Salí desde el Aeropuerto Internacional de Maiquetía un 01 de noviembre del 2017. Mi itinerario de vuelo fue Caracas – Ciudad de Panamá / Ciudad de Panamá – Guayaquil.


5. ¿Tú familia te apoyo? Y ¿Te graduaste? (¿Por qué no?) 

El apoyo de mi familia fue una pieza fundamental durante todo mi proceso migratorio. Muchas veces, ellos vieron soluciones donde yo solo vi problemas. Siempre al tanto de los sacrificios que esto contraería, no dudaron nunca en ser mi mano amiga, mis palabras de aliento y mi mayor “sí se puede”. Con respecto a los estudios, sí me gradué. Me gradué como Licenciado en Estudios Internacionales de la UCV. Aunque estoy seguro que voy a volver a pisar Venezuela, si en algún momento tendría que irme, estar bajo las Nubes de Calder como egresado lo tenía que tachar de mi lista de Cosas que Hacer Antes de Morir.


6. ¿Cómo fue ese primer día en otro país?

Me recibió el Director General de la nueva empresa donde trabajaría, así que eso lo hizo todo más ameno. Aunque la primera ciudad del Ecuador donde llegué fue Guayaquil, no era ese mi destino final de trabajo. Mi nueva jurisdicción se encontraba en Quito, la capital. Pasé una semana en Guayaquil, antes de moverme nuevamente. Guayaquil es la segunda ciudad más importante del Ecuador. Es igual o más caliente que mi querida Vargas, por lo tanto, con respecto al clima, me sentía lejos, pero en casa. Otra cosa positiva es que, muchos de sus platos son a base de ingredientes provenientes del mar; eso lo hizo todo aún mejor. En conclusión, mi viaje había comenzado con pie derecho y estaba contento con lo nuevo. 

7. ¿Cómo ha sido el proceso de transición?

Si bien hay muchas cosas que nos diferencia entre el ecuatoriano y el venezolano, no voy a decir que ha sido un proceso difícil de lidiar. De hecho, tenemos más cosas en común de lo que las personas creen. Y, eso ha hecho que la fase de adaptación no sea tan compleja. Cae el día y la noche casi que igual que Venezuela; tienen el cambur, pero aquí se llama “guineo”; no alquilas, sino que “rentas”, y en lugar de decir “Ok” o “está bien”, dices “ya”. Creo que eso es lo que hace atractivo ser latinoamericano y emigrar a un país vecino: la capacidad de adaptarse, a pesar de los pesares, es algo expandirse y no de reconstruirse. 


8. ¿Qué es lo que más extrañas?

No quiero ponerme nostálgico, pero hay un sinnúmero de cosas que extraño de casa. En el puesto número 1, sin duda alguna, está mi familia, en especial, a mi mamá y todas las cosas que la hacen perfecta. Su comida, su cariño y su atención no creo que me lo de nadie igual por mucho que lo intente. Después de eso, le seguiría mis amigos; sentarnos una tarde de esas caraqueñas a beber aguaceros y comer pizzas de La Patana Cultural, está dentro de los primeros puestos de esta lista. Luego, la Universidad. Mi Casa que Vence la Sombra que por muy deteriorada que pueda estar, sigue siendo un punto importante de lo que soy hoy como ser humano y profesional. A esto también puedo agregarle mi trabajo en el Sistema Nacional de Orquestas donde aprendí el valor de trabajar en equipo y de la excelencia. En fin, me extraño cuando estuve cerca de los míos y ellos estuvieron para mí cuando más los necesité.

9. ¿Cuál fue tu primer trabajo?

Mi primer trabajo fue como Coordinador de la Región Sierra de una empresa de intercambio estudiantil. Por alguna u otra razón, la empresa cambió su organigrama y tuve que salir a los tres meses de estar allí. Lo bueno es que al instante, comencé a trabajar como Auxiliar Legal en una firma de abogados migratorios y es en la labor donde me encuentro en la actualidad. 


10. ¿Qué objetivo querías cumplir al emigrar? (Ayudar a tu familia económicamente, trabajar para luego llevar a tu familia contigo, o simplemente crecer como persona)

Son pocos los objetivos que uno tiene al emigrar en comparación a cuando ya te asientas en nuevo sitio. En principio, mi principal objetivo era –y es– el de ayudar a mi familia económicamente. Además que no creo que Ecuador sea un buen lugar para traer a mi familiar por la ausencia de trabajo que, no es secreto para nadie, hay en este país. Sin embargo, cuando comienzas a generar ingresos en otra moneda y te das cuenta que el mundo es más pequeño por todo lo que hay alrededor de estos nuevos lugares, personalmente, me provoca seguir explorándolo y descubrir lo que me prepara el futuro. 


11 ¿Qué fue lo que más te sorprendió del estilo de vida de tu país en comparación al que emigraste? 

Desde que llegué a Ecuador, he estado en las tres ciudades más grandes y comercialmente, con mayor atención de todo el país: Quito, Guayaquil y Cuenca. Y de las tres, hay cosas que me sorprende muchísimo de su estilo de vida respectivamente. 

De Quito, por ejemplo, aparte del marcado relieve que tiene esta parte de la sierra, la alta presencia de la comunidad indígena denominada “quechuas”; hace que la ciudad adapte su lengua y su forma de vivir, convirtiéndose en un espacio plural de rostros, idiomas y costumbres. Además que, la conurbación de Quito, hace desde sur histórico hasta el norte moderno, una perla de mucha atracción para sus visitantes. 

Asimismo, la ciudad de Guayaquil, es un territorio caliente y mucho más llano, característico de la costa. Es una ciudad altamente de comercio gracias a la influencia del Río Guayas y, también, por ser la segunda ciudad de mayor entrada al país a través de su aeropuerto internacional, después de Quito. La forma de vestir es mucho menos abrigada y sus medios de transporte van desde metro vías, buses convencionales y servicios privados de taxi. Muchos prefieren caminar, pero considerando las altas temperaturas, esto está dentro de las últimas opciones. 

Por último, en la ciudad de Cuenca, actual ciudad de residencia, el estilo de vida es muy parecido a otras ciudades de la sierra ecuatoriana. Considerando que es un espacio pequeño, muchos prefieren caminar a todos lados –como es mi caso- y siempre que vayas bien abrigado, hay mucha vegetación y lugares coloniales dignos de admirar. A veces es demasiado tranquila para mi gusto, pero en ciertos momentos, dicha tranquilidad también es necesaria. Otra cosa interesante es que, a pesar de la alta cantidad de carbohidratos que consume el ecuatoriano promedio, no se evidencia obesidad mórbida gracias a la cantidad de actividad física diaria que realizan los ciudadanos de manera consciente o inconscientemente. 



12. Algo que no te guste mucho del país dónde estás. 

Hay un par de cosas que no me gustan de Ecuador, pero, creo que la principal y la que públicamente puedo escribir, es que no existe un respeto de algunos ecuatorianos por sus propias ciudades o monumentos. Es muy común ver a algunos ciudadanos haciendo necesidades fisiológicas en plena luz del día en cualquiera de las aceras de cualquiera de las ciudades anteriormente descritas. En otro marco de ideas, también es el arraigamiento a la religión. Para muchos, todo ocurre –o no– gracias a Dios y sus derivados, lo que deja el trabajo arduo o sacrificios en un segundo plano. 



13. Se dice que es “Valiente” quien vive en Venezuela, no el que se va. ¿Crees que es así? ¿Sufre igual el venezolano que se va, cómo el que se queda? 

Si esto es así, entonces, ¿los que nos vamos somos cobardes? No estoy del todo de acuerdo con eso. Siempre habrá miedo al irse como al quedarse. Y el miedo será en grados distintos para cada quien. El futuro nadie lo sabe y eso es lo que realmente da miedo, por eso son valientes todos aquellos que estén dispuestos a moldearlo a su conveniencia bajo las condiciones que sean. 



14. ¿Deseas regresar a Venezuela? 

Por ahora, no. 



15. Un mensaje para los venezolanos que: piensan en emigrar y los que siguen en Venezuela. 

Para los que piensan emigrar, como dije en letras pasadas, no es emigrar por emigrar. Hay que tener, en la medida de lo posible, “inteligencia migratoria” para hacerlo. Haz un esquema de los países que más te llaman la atención y la razón de ello. Crea un plan con metas reales y, de ser posible, ponle fecha y hora a cada una. Recuerda que, al final, representas a Venezuela y de ti depende el éxito de los que están detrás y también tiene planes de irse. 

Para los que se quedan, la lucha es de todos. Los que estamos afuera, también estamos en Venezuela. La mente no se desliga de donde uno fue feliz. Venezuela, aún con sus circunstancias, es un país lleno de oportunidades. Sé honesto, sé humilde, sé un buen ciudadano que eso es lo que más necesita el país: personas con valores. Al final, es más mínimo gesto, hace la más grande de las diferencias. 

Y, en general, seamos cada uno nuestras mejores versiones. Mi mayor consejo sería seguir preparándonos tanto como sea posible. Cuando nos toque regresar, Venezuela va a necesitar de gente preparada para asumir el reto político, económico y social de reconstruir un país desde sus propias cenizas.


Si quieres ser parte de Vzla en el extranjero puedes escribir al correo: oliangelescobarblog@gmail.com o por este medio!

Comentarios

  1. Después de estar en relación con mi esposa durante 30 años, ella rompió conmigo, hice todo lo posible para traerla de vuelta, pero todo fue en vano, quería regresar por el amor que siento por ella, pero le rogué que He hecho ?? Ella promete, pero ella se negó. Le expliqué mi problema a alguien en línea y, en cambio, me sugirió que me pusiera en contacto con un lanzador que podría ayudarme con un hechizo para recuperarlo, pero soy el tipo que nunca creyó en la magia, no tuve más remedio que intente enviar al lanzador, y él dijo que no hay problema de que todo estará bien dentro de las 24 horas, mi ex regresó a mí dentro de las 24 horas, quien lanzó el hechizo y, sorprendentemente, el segundo día, eran alrededor de las 4 p.m. Mi ex me llamó, estaba tan sorprendida, respondí la llamada y todo lo que dijo fue que lamentaba mucho lo que sucedió, quería que volviera con ella, me quiere mucho. Estaba tan feliz y me dirigí a ella, así es como comenzamos a vivir juntos y felices de nuevo. Desde entonces, he prometido que nadie que conozca que tenga un problema de relación, que ayudaría a esa persona para él o ella, en referencia a los únicos hechizos reales y poderosos que me ayudaron con mi problema y que es diferente de todos. falso allí. Cualquiera puede necesitar la ayuda del asistente (doctorosagiede75@gmail.com) o whatsapp al +2349014523836. Puede enviarle un correo electrónico si necesita ayuda en su relación, para ganar la lotería, para ser promovido o desea un mejor trabajo e.t.c buena suerte.

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