Una mañana más.

El día empezó igual que siempre era más difícil levantarse temprano que respirar. Era martes, ese día de la semana que aún es un segundo lunes, que aún no permite asimilar que empezó otra semana más, más madrugadas, más sueño acumulado, más ojeras.
Toca levantarse así sea en modo zombie, así estés más de allá que de acá, y así en modo zombie agradeces a Dios porque el café existe mientras preparas la cafetera.
Un ojo abierto y el otro cerrado permiten que te dirijas al baño a lavarte la cara, esperando poder abrir el otro ojo pronto. De repente te acuerdas del café gracias a su increíble olor, vas a la cocina, lo apagas, agarras tu taza favorita y lo sirves, dos de azúcar y lo revuelves, te preparas para introducirlo en tu cuerpo y piensas: "Ahí viene, la gloria, el cielo en la tierra, lo único que me hará despertar para poder ver perfectamente lo crudo de este día, de este mundo, de esta vida. Y bendito sea el café y todo lo que causa en nosotros, porque aunque es una adicción esta si vale la pena".
Terminas tu café y te preparas para la helada agua que debe caer por todo tu cuerpo.
Solo por estar limpio, pero ser higiénico es demasiado cruel, dichosos quienes tienen calentador porque justo a las seis y cuarenta de la mañana cuando entres, abras la regadera y caiga el agua en tu cuerpo, tú lo sabes y el mundo también. Se te congelara hasta el alma. La sangre dejara de fluir aunque sea por un segundo y descubrirás que no hay nada más efectivo para verdaderamente despertar que bañarte con agua fría.
Después de haber pasado por las mismas temperaturas que Rose y Jack en el océano cuando se hundió el titanic, sabes que toca vestirse. Hasta ahora lo más simple para hacer: una camisa manga larga de color azul, un pantalón de vestir negro, una corbata negra que adquiriste en una rebaja, tu reloj favorito plateado --el único que tienes-- y unos zapatos negros, serán los que te acompañaran en este martes que en dos horas de transcurrido ha sido más de lo mismo. Te ves en el espejo una o dos veces para confirmar que luces "normal" que luces igual que los demás, que estás acorde a lo que exige la sociedad.
Tomas tu mochila, las llaves, el suficiente dinero para el pasaje y comienza el día.
¡Buena suerte! 


Comentarios

Entradas populares