Mi amor entre fogones.


Hace un tiempo vi un video en Instagram que hablaba sobre los pasos para saber que has crecido o avanzado, algo así. En uno de los pasos hablaban sobre cuando te das cuenta que es lo que te gustaría hacer en tu vida, eso que te llena y te hace feliz, eso que sin importar que' te inspira, eso que todos a tu alrededor te dicen que no hagas porque según ellos no te conviene, pero a ti te encanta y que a pesar de cualquier pronóstico en contra quieres hacer.

Eso me hizo pensar que tal vez mi “cosa” es la cocina.

Mi amor por la cocina siempre estuvo, comenzó desde pequeña viendo las muchas carpetas que tenía mi mamá con miles de recetas divididas por secciones y según el tipo de plato que quisieras. Luego siguió con la televisión, veía siempre programas de cocina podía pasar todo el día viéndolos, hacia las recetas, me fijaba en las técnicas y los cocineros así aprendía. La Oli ya más grande se dio cuenta que lo quería estudiar pero una mezcla de distintas circunstancias no lo permitieron.

Pero consciente o inconscientemente yo siempre anhele la cocina, siempre quise vivirla, aprenderla, siempre me gusto cocinar. Dure años de alguna forma deseándolo. Yo siempre he creído que cocinar es un arte que a través de los alimentos creamos cosas, emociones, recuerdos y situaciones y yo disfruto mucho ser artista en cualquiera de sus presentaciones.

Me toco emigrar y unos dos o tres meses después llego la pandemia, siendo la vida lo que es, terminé trabajando en un emprendimiento de comida, jaja si. Empecé atendiendo el teléfono y dirigiendo los deliveries, luego tuve otro puesto, luego otro y luego podía hacer todos. Pero para mi sorpresa y gusto uno de esos puestos fue ayudante de cocina y luego cocinera, ahí supe que todo estaba bien, que lo había logrado, yo era consciente que mientras picaba o cocinaba algo era feliz, podía apreciar ese momento.

Me di cuenta que la vida siempre nos da lo que queremos de una manera u otra, que nosotros no somos quiénes elegimos cómo, ni cuándo, y que lo único que nos queda hacer es confiar en las decisiones que tomamos siempre que seamos fieles a nosotros mismos.

2 años después dicen que la cocina no es para mí, que ya cerré un ciclo, que ya aprendí todo lo que podía aprender, que cumplí mi etapa, que la cocina consume mucho, que vivía quemada, que siempre estoy desarreglada, que no tengo tiempo porque los fogones de la cocina nunca se apagan, y todas esas cosas que se dicen cuando se busca dejar algo atrás, incluso a veces yo misma me las digo, pero, ¿Qué hago con este amor que le tengo? ¿Qué tan ingrata sería la cocina si le sigo entregando años de mi vida?¿Qué me dirá al final del camino si es que existe uno? ¿Qué le digo a la Oli adolescente que siempre quiso estar entre el fuego? ¿Cómo se que la cocina estará mañana para mi así como yo he estado siempre para ella?

Supongo que me queda esperar una vez más ver qué me depara la vida, mientras, no es tan malo quedarme en el fuego. Además, a mi me encanta decir "Soy cocinera". 






Comentarios

  1. ¡Precioso Olí! Que dicha el haber encontrado tu nicho, lo que te hace feliz, bravo por eso 👏🏼. Leí todo el texto con tu voz en mi cabeza, cómo si me lo estuvieras contando en persona y eso lo hizo aún más entrenenido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Eva, significa mucho para mí tu comentario. Me alegra que te gustara y que te sintieras así.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares